Crónicas

Scorpions en Starlite Marbella: 60 años rugiendo, y el huracán sigue vivo

23 Jul 2025

A veces el ROCK no necesita presentación, solo una guitarra afilada, una melodía que te atraviese y una banda que lleva 60 años dando lecciones de cómo incendiar un escenario. El pasado 21 de julio, el auditorio de Starlite Marbella fue testigo de algo más que un concierto: fue un rugido que resonó desde la Costa del Sol hasta los confines del tiempo.

Scorpions no solo tocaron… nos arrasaron. Desde el primer acorde de “Coming Home” hasta ese estallido final con “Rock You Like a Hurricane”, la banda alemana demostró que la edad no pesa cuando el alma está hecha de distorsión, pasión y carretera. No faltaron clásicos como “The Zoo”, “Make it Real” o esa joya instrumental que es “Coast to Coast”, que convirtió el escenario en una autopista de emociones.

Pero hubo algo más. Cuando empezó “Wind of Change”, el silencio se volvió épico. Un himno eterno que no solo habla de muros que caen, sino de almas que despiertan. Y con “Send Me an Angel”, más de uno cerró los ojos para viajar con ellos a través de los años, los sueños y los fuegos que nunca se apagan.

Y entonces, llegó el momento de Mikkey Dee. El solo de batería fue algo más que una exhibición de técnica: fue un guiño al pasado, un homenaje sentido que empezó a tomar forma con cada golpe. En las pantallas, como si estuviéramos en un casino del infierno, un jackpot visual iba revelando símbolos hasta detenerse en el emblema inmortal de Motörhead. Fue un instante mágico, un rugido que venía del más allá con la sombra de Lemmy Kilmister sobrevolando el escenario. Aplausos, respeto y piel de gallina. Porque cuando el rock se vuelve memoria, el corazón late al ritmo del doble bombo.

La sorpresa visual llegó en “Blackout”, cuando un escorpión articulado apareció en escena, como si la bestia del Rock tomara forma para recordarnos que este grupo sigue muy vivo. Y para el final, “Rock You Like a Hurricane”, con las guitarras como truenos y el público convertido en tormenta.

60 años después, Scorpions siguen haciendo lo que muy pocos logran: emocionar sin artificios. Solo con música, verdad… y un poco de pólvora en cada acorde.