Cuando un grupo logra sorprender y dejar huella en un festival con un cartel de gran nivel, es porque tienen algo especial. Jordana B llegó al No Sin Música Festival con ganas de demostrar su esencia, y vaya si lo consiguieron.
La banda liderada por María Solá desplegó una energía magnética que atrapó desde el primer acorde. Con un estilo que combina frescura, intensidad y un carisma innegable, temas como «Cumbia B» y su más reciente lanzamiento, «Cita Funeral», resonaron con fuerza, convirtiendo su concierto en uno de los más vibrantes de la jornada.
Pero más allá de su sonido envolvente, lo que realmente hace especial a Jordana B es la conexión entre sus integrantes. En el escenario se respira complicidad, una armonía natural que traspasa la música y se contagia al público. No tardaron en meterse a la gente en el bolsillo, logrando que cada estribillo fuera coreado y cada ritmo bailado.
Dentro de la calidad general del festival, Jordana B fue, sin duda, la gran sorpresa. Su directo es una declaración de intenciones: autenticidad, entrega y un futuro prometedor. Si aún no los tienes en el radar, es momento de apuntarlos, porque lo suyo no ha hecho más que empezar.
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