Kathew demostró por qué son una de las bandas más potentes del Groove Metal nacional. Con más de 15 años de trayectoria y trabajos que han marcado su identidad, este grupo se adueñó del escenario con un poderío brutal. Desde el primer acorde, dejaron claro que su música no solo es un golpe de energía, sino también un grito con mensaje. Temas como «Mil caras» recordaron al público que el Metal también puede ser una herramienta para alzar la voz contra las injusticias.
El líder de la banda, con una presencia imponente, no solo cantaba, sino que prácticamente comandaba una revolución desde el escenario. «¡San Rock, levantad los puños! ¡Esto va por todos los que no se rinden!», rugió antes de lanzarse con «Un paso más», un tema cargado de rabia y esperanza. Cada breakdown hacía vibrar la plaza de toros, creando un vínculo visceral entre la banda y el público. Si algo quedó claro es que Kathew no solo da conciertos: lideran batallas.